Jesús está sobre la familia

Resumen

Es difícil defender la verdad cuando la familia no lo hace, pero ¿confía en Jesús para honrarlo, incluso sobre su familia?

Se requiere gran lealtad y amor profundo por Jesucristo para reverenciarlo por encima de nuestras relaciones familiares. Recientemente leí una historia en cuanto a un adolescente; su nombre es «Tim», pero sospecho que este es un seudónimo. Él llegó a enterarse de que su padre era traficante de drogas.

Sus padres estaban de viaje, y él llamó para hablar con su madre. Su madre trató de hacer que Tim se sintiera culpable al decirle que sus acusaciones podían destruir a la familia. Cuando Tim objetó, ¡su madre comenzó a culparlo por las acciones de su padre! Ella le dijo que él tenía buena ropa, un auto y dinero debido al «negocio» de su padre. Otra vez, Tim objetó, y su madre finalmente le dijo que era ingenuo, impresionable, y que estaba causando problemas sin razón.

Tim realmente no quería nada de tales cosas si tenerlas significaba que su padre debía continuar haciendo algo ilegal. Sus padres finalmente lo arrojaron de la casa y le dijeron que se mudarían sin decirle a dónde irían.

Tim hizo una decisión difícil que reflejó su lealtad e integridad ante lo bueno. Él sabía que no podía obedecer a sus padres en tal situación. También sabía que no podía regresar a casa porque esto significaría renunciar totalmente a sus creencias. Tim solamente tiene diecisiete años, pero actuó firmemente en su deseo de servir a Cristo.

Ser cristiano no siempre es una decisión fácil; no siempre se trata de tiempos «buenos». Algunas veces puede implicar tristeza y lágrimas. Pero, aunque ceder a los deseos de la gente, incluyendo a los de la familia, puede hacernos sentir mejor, nos separa de nuestro Señor y Salvador.

Jesús dijo: «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).

Él también dijo:

No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará (Mateo 10:34-39).

El apóstol del amor escribió: «No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad» (3 Juan 4). En contraste, pocas cosas son más dolorosas que saber que nuestros hijos (o padres) no andan en la verdad. Sin embargo, Jesús recompensará nuestra lealtad personal más de lo que podamos imaginar. ¿Confía en Jesús lo suficiente para honrarlo, incluso cuando su familia no lo haga?