Dios quiere que dependamos totalmente de Él, y entonces estaremos satisfechos con lo que Él ha preparado para nosotros.

El gozo en el matrimonio no es lo mismo que la felicidad en el matrimonio, sino es el producto de la unidad con el cónyuge.

Ciertamente los Estados Unidos ha sido «la tierra deseable», pero puede ser convertida en desierto si Dios así lo quiere.

Determinemos evitar el crimen más grande, admitamos la necesidad más grande, y aferrémonos a la esperanza más grande.

Como Juan, debemos permitir que Jesús crezca en nuestra vida y nosotros mengüemos. Solo entonces seremos Sus siervos.

Los apóstoles, y los demás discípulos de Cristo antes de Hechos 2, no necesitaron ser bautizados otra vez en tal ocasión.