Dé la bienvenida a la incomodidad
Resumen | Debemos rechazar el «cristianismo» que se enfoca en nosotros y dar la bienvenida al cristianismo que Jesús estableció. |
Durante los doscientos años pasados, ha sido relativamente «fácil» ser cristiano en los Estados Unidos. El Congreso estaba de nuestra parte; incluso promovió la distribución de Biblias al comienzo. Los presidentes estaban de nuestra parte; frecuentemente recitaban y hacían referencia a la Palabra de Dios en sus discursos. La Corte Suprema estaba de nuestra parte; reconocía la influencia que el cristianismo tenía en nuestra leyes e instituciones. Sin embargo, debo indicar que esta clase de gobierno que se congracia con el cristianismo no es común en la historia humana.
En Juan 12:25, Jesús dijo a Sus discípulos: «El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará». Jesús nos llamó a esperar y dar la bienvenida a la incomodidad.
Frecuentemente nos sentimos incómodos si se nos pide que hablemos en público, o que dirijamos la cena del Señor o una oración pública. Nos sentimos incómodos cuando algo extraño sucede en nuestras asambleas, como cuando una mujer visita y levanta las manos durante los himnos (y la oración, para aquellos que no estaban cerrando sus ojos), o cuando un hombre responde a la invitación de obedecer al Evangelio y se pone de rodillas en delante de la congregación.
Pero, en cierto sentido, Jesús nos llama a no evitar la incomodidad; en cambio, nos insta a darle la bienvenida. Usted tal vez está familiarizado con la noticia de que el cristianismo está siendo cada vez menos acogido en los Estados Unidos. Ed Stetzer señaló que esto no significa necesariamente que el cristianismo esté colapsando, sino puede enfatizar lo que los analistas han estado sugiriendo: que el cristianismo está clarificándose.[1] Yo coincido con esto.
Jesús no nos llama a tener la familia «perfecta» según los estándares sociales: con dos hijos, un perro y un gato, una cerca blanca y un fondo de jubilación estable. En cambio, nos llama a llevar nuestra cruz diariamente.
Las iglesias denominacionales por mucho tiempo han animado a los demás a escoger la iglesia que les guste más. Se dice que la adoración debería conmover nuestras emociones. La predicación debería ser un mensaje de aprobación y prosperidad. La iglesia debería estar compuesta de gente que luzca como nosotros y que tenga opiniones como las nuestras. Se desea que todo se conforme a nuestro gusto, ya que, supuestamente, todo se debe enfocar en nosotros.
Pero Jesús nos llama a enfocarnos en Él y en nuestra relación con Él, así que yo no soy el centro del cristianismo; el cristianismo se trata de la gloria de Dios. Sí, el cristianismo se trata de la salvación, la redención, la libertad y la vida eterna, pero también se trata de la humillación: la humillación de la cruz. Esto incluye el servicio a los demás, la preferencia de los demás, la vida que se enfoca en Cristo. Tome algunos minutos para considerar los siguientes pasajes: Mateo 16:24; 19:21; Lucas 9:58-62; 14:27, 33; Juan 15:20; Gálatas 2:20; 3:28; 6:2; Efesios 4:2; 2 Timoteo 3:12.
Debemos rechazar el «cristianismo» que se enfoca en nosotros y dar la bienvenida al cristianismo que Jesús estableció, incluso cuando (o debido a que) nos llama a tener una vida de peligro, incomodidad y persecución.
Sí, la cruz es incómoda.
[1] Ed Stetzer, «Error de encuesta: El cristianismo no está muriendo» [«Survey fail: Christianity isn’t dying»], Usa Today, 13 de mayo de 2015, https://www.usatoday.com/story/opinion/2015/05/13/nones-americans-christians-evangelicals-column/27198423/.
Publicado el 18 de noviembre de 2024 en www.ebglobal.org. Traducido por Moisés Pinedo. Título original en inglés, «Embrace the discomfort», en Droplets of Living Water, 11 de diciembre, 2020.