No olvide quién es y de Quién es

Resumen | Debemos esforzarnos en glorificar al Señor en nuestro cuerpo y espíritu, recordando quiénes somos y de Quién somos. |
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1 Corintios 6:19-20).
El refrán común, «No olvide quién es», se usa en formas diferentes. Algunas veces se usa para hacer recordar a la gente de su identidad verdadera y propósito en la vida. Se la puede usar para animar a alguien a realizar un rol determinado, o para señalar que alguien debe mantener humildad cuando tiene éxito en tal rol. Tal vez el uso más común es exhortar a otros a ser sinceros consigo mismos, a pesar de las circunstancias en la vida. Si hemos definido adecuadamente nuestra identidad y propósito, esta noción puede ser útil en la búsqueda de la fidelidad. Cuando añadimos a esta noción el recordatorio de nuestra pertenencia, su valor llega a ser mayor.
Al escribir a la congregación llena de problemas y pecado en Corinto, Pablo aludió a este concepto con la esperanza de hacer volver a los pecadores al Señor y Su camino. Después de lidiar con una variedad de pecados que previenen la herencia del reino de Dios (1 Corintios 6:9-10), él les hizo recordar de su limpieza de tales cosas gracias a Cristo (1 Corintios 6:11). Esta realidad fue el fundamento de su argumento en cuanto al propósito y la identidad verdadera del cristiano.
En los versículos siguientes, Pablo habló del uso adecuado e inadecuado del cuerpo, teniendo en cuenta que nuestros cuerpos son «miembros de Cristo» (vs. 15). Esta verdad enfatiza el hecho de que no debemos usar tales cuerpos con propósitos impíos (vss. 15-16). Aunque la fornicación es el pecado específico aludido en el texto, el principio se aplica a todo uso incorrecto del cuerpo (el hurto, el homicidio, la embriaguez, la extorsión, etc.). Es absurdo declarar unidad con el Señor mientras nos involucramos simultáneamente en estilos pecaminosos (vss. 16-17; cf. Mateo 6:24; Santiago 4:4; 1 Juan 1:5-6).
La pregunta conclusiva de Pablo analiza el corazón y nos recuerda quiénes somos y de Quién somos. «¿No sabéis…?» no es una expresión de curiosidad para recibir información al respecto, sino es una pregunta retórica que tiene la intención de tocar la conciencia y hacerles recordar de las verdades que estaban abandonando por medio de su comportamiento. Si sus cuerpos eran el templo (la morada) del Espíritu Santo, como Pablo señaló claramente, ellos necesitaban entender la gravedad de su comportamiento y responder de manera adecuada.
El argumento de Pablo se fundamenta en dos realidades importantes. Primero, nuestros cuerpos no son nuestros, y por ende, no deben ser usados de cualquier manera. Aunque tenemos la libertad de escoger nuestro comportamiento, enfrentaremos las consecuencias debido a la manera en que usamos nuestro cuerpo. Segundo, esta realidad se debe a que, como cristianos, hemos sido comprados por precio. Como sabemos, ese precio es la sangre que Cristo derramó en la cruz (cf. Hechos 20:28; Efesios 1:7 et. seq.; 1 Pedro 1:18-19; Apocalipsis 5:9). Así que la idea que sugiere que «lo que hago con mi cuerpo es asunto mío» es equivocada. Ya que se ha realizado tal sacrificio a favor nuestro, es adecuado que nos entreguemos completamente a Cristo.
La conclusión de Pablo es simple: Ya que nuestro cuerpo no nos pertenece, y ya que hemos sido comprados con tal precio alto, y ya que el Espíritu de Dios debe morar en nosotros, debemos esforzarnos en glorificar a Dios en nuestro cuerpo y espíritu (vs. 20). Por tanto, mientras continuamos nuestra vida diaria, nunca olvidemos quiénes somos y de Quién somos.
Publicado el 30 de junio de 2025 en www.ebglobal.org. Traducido por Moisés Pinedo. Título original en inglés, «Don’t forget who and Whose you are», en Family Matters, 16 de enero de 2025.