Busque y rescate: El evangelismo a través del ministerio

Resumen

Si mostramos compasión como Jesús lo demostró en Su ministerio, con seguridad cosecharemos los frutos del Evangelio.

— Lectura bíblica recomendada: Hechos 20:38

Introducción

I. Esta lección continúa abordando el proceso de preparación para un programa evangelístico eficaz: simplemente enseñar el Evangelio a quienquiera que escuche (cf. Hechos 8:4).

II. Podemos llamar a este enfoque el «labrado de la tierra» donde esperamos sembrar la semilla del reino.

III. En este punto, es adecuado recordar el dicho famoso atribuido a Theodore Roosevelt: «A nadie le importa cuánto sepa sino hasta que él sepa que a usted le importa».

Exposición

I. La demostración del ministerio.

A. A Jesús Le importaban otros, como Su ministerio terrenal demuestra.

B. Considere algunos enunciados en cuanto a Su compasión por los necesitados:

1. En Hechos 10:38, Pedro resumió la vida de Jesús como una realización continua del bien.

2. Juan declaró que los hechos de servicio de Jesús fueron demasiados como para registrarlos a todos (Juan 20:30-31; 21:25).

C. En ocasiones, Él dejó de predicar para ministrar (Mateo 14:13-21; 15:32-39; Juan 6:1-14).

II. La demanda del ministerio.

A. El servicio de Jesús no incluyó solamente hechos que maravillaron a Sus discípulos, sino también fue un patrón de vida para la imitación (Lucas 9:1-2; Juan 13:1-17; Filipenses 2:5-11).

B. El propósito general de tales hechos de servicio es la sanidad y la satisfacción eterna, como es evidente por los enunciados claros en el texto bíblico (Marcos 16:17-20; Hebreos 2:14; cf. Juan 6:2).

C. Por tanto, nosotros debemos aprovechar toda oportunidad que tengamos de servir (Gálatas 6:9-10).

III. Las formas del ministerio.

A. Una de las formas más simples en que podemos ministrar es mejorar la manera en que damos la bienvenida a nuestras visitas.

B. Aunque esto requiere una organización más compleja, podemos realizar días de trabajo comunitario.

C. Tal vez podemos usar nuestros locales para alimentar a los pobres u ofrecer ropa, etc.

D. También podemos enfocar seminarios especiales en aquellos aspectos con los cuales la comunidad lidia: la pérdida, la adicción, los embarazos antes del matrimonio, la recuperación del abuso, etc.

Conclusión

I. Desde luego, hay muchas otras formas en que podemos ministrar a otros.

II. Pero estas ideas pueden generar otras ideas para ministrar a la gente perdida.

III. Si mostramos compasión como Jesús lo demostró, con seguridad cosecharemos los frutos (Gálatas 6:9).