Satanás No Es el Gobernante del Infierno

Resumen

Aunque los dibujos animados representan a Satanás como el gobernante del infierno, la Biblia revela algo diferente.

Los dibujos animados han contribuido mucho a la idea que mucha gente tiene en cuanto a Satanás. La imagen de un personaje que luce como un demonio rojo con cuernos, cola puntiaguda y un tridente en la mano viene a la mente de muchos cuando oyen la palabra diablo, Satanás o infierno. De hecho, muchas de las ilustraciones que le describen de esta manera también le retratan sentado en un trono como rey en el infierno, determinando dónde irá cada persona y los castigos que se impondrán a aquellos que están perdidos eternamente. Esta descripción es completamente ajena a la verdad. Debido a este enfoque errado, muchos (incluso una mayoría) de los que leen Mateo 10:28 malentienden lo que Jesús quiso decir.

En el contexto de Mateo 10, Jesús advirtió a Sus seguidores que la gente mala les perseguiría injustamente. Cuando les envío a predicar, les amonestó a hablar abiertamente la verdad sin temer a la persecución. En el curso de Su advertencia, dijo: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mateo 10:28; cf. Lucas 12:4-5). Muchos estudiantes de la Biblia que han leído este versículo han concluido erróneamente que Jesús estaba diciendo que Satanás tiene el poder de destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Erróneamente han atribuido a Satanás poder que nunca ha tenido ni tendrá.

Satanás no es el gobernante del infierno, y él no tiene el poder o la capacidad de enviar a nadie al infierno. De hecho, cuando leemos el final de Satanás, vemos que Dios es el Ser que le arrojará al “lago de fuego y azufre” (Apocalipsis 20:2,10). Además, el apóstol Pablo explicó a los cristianos en Roma que “ni ángeles, ni principados, ni potestades”, podía separarles del “amor de Dios, que es en Cristo Jesús” (Romanos 8:38-39). Los cristianos en Roma podían escoger rechazar a Dios por su propia voluntad, pero no había ningún poder, incluyendo el de Satanás, que podía arrancarles de la mano de Dios y arrojarles al infierno.

En realidad, Dios arrojará a Satanás al infierno al final del tiempo de la misma manera en que arrojará a todos los que han tenido una vida impía y Le han rechazado (Mateo 25:46; Apocalipsis 20:15). No hay indicación en la Biblia que sugiera que Satanás (u alguna otra criatura de Dios) estará “a cargo” del infierno. El diablo no se deleitará en el infierno, y no disfrutará de ningún tipo de autoridad o privilegios especiales allí. La amonestación de Jesús de temer al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno tuvo el propósito de instar a Sus seguidores a confiar en Dios, tener valor en frente de la persecución, y confiar que, mientras estén del lado de Dios, ninguna fuerza espiritual tenía el poder de hacerles daño.