“Herencia de Jehová Son los Hijos”—¿Todavía Lo Creemos?

Resumen

Una herencia es algo valioso. En vista de tal naturaleza, ¿qué se puede decir de los hijos que son la herencia de Jehová?

Hablando generalmente, a este país (y a otros) ya no le emociona los niños. En los Estados Unidos, se destruye a algo de 1,000,000 de bebés al año antes que vean la luz del día.[1] Muchos padres hablan de sus pequeños como una carga y fuente de frustración constante; otros ya han renunciado a sus adolescentes y les han catalogado como rebeldes esperados; y otros han ido tan lejos como para considerar a sus hijos como una inconveniencia a su libertad y estabilidad financiera.

Esta mentalidad ha causado que la población general adopte un número “aceptable” de hijos para las parejas. En los Estados Unidos, el número mágico parece ser uno o dos; y aunque se tolera a tres, más de tres es visto como irresponsable ante los ojos de muchos. Podemos ver y oír esta actitud general en todas partes.

Hace un tiempo atrás, fui a una tienda y estaba a punto de pagar. La cajera miró alrededor mío con sorpresa y preguntó: “¿Son todos estos tuyos?”. Por un momento pensé que había traído a toda mi clase bíblica de adolescentes conmigo, pero allí solamente estaban mis tres hijas. Respondí: “Sí”. Luego ella dijo: “Ellas te deben volver loco”. Sonreí y respondí lo que parecía un concepto desconocido para ella: “Realmente no. A mi esposa y a mí nos gustan los niños”.

Hace algunas semanas atrás, mi esposa fue al doctor con dos de mis hijas. Después de observarlas por algunos minutos, una mujer se acercó y dijo a mi esposa: “Puedo ver que amas a tus hijas”. Mi esposa le agradeció y mencionó que tenía otra hija en la casa y que estaba embarazada de una más. La mujer quedó sorprendida y dijo: “¡Por favor, dime que esta es la última!”. Bueno, parece que los elogios terminaron cuando el número de hijas amadas incrementó.

Como cristianos, ¿cómo podemos evitar ingerir esta actitud negativa hacia nuestros propios niños, los niños de nuestros hermanos en Cristo, y nuestros niños en general? ¡Piense en ellos como la herencia de Dios!

Herencia de Jehová

Antes de continuar, aquí hay una aclaración: Este artículo no es una promoción de familias grandes ni tampoco un desprecio de las pequeñas. Independientemente del número, hay familias que están criando a sus hijos en el Señor, y otras están fallando. Este es un ruego para considerar a los niños como son: una bendición de Dios—sea que una familia tenga varios, uno o ninguno.

El rey sabio escribió que “herencia de Jehová son los hijos” (Salmos 127:3). Aquí se compara a los niños con un regalo o herencia, pero a diferencia de los regalos que recibimos de nuestros padres terrenales, ¡ellos son del Señor! (cf. Proverbios 19:14).

La herencia es algo valioso; debemos honrar a los padres que dejan este regalo precioso y generoso para sus hijos—y nietos (Proverbios 13:22). Algunos padres bendicen a sus hijos y nietos al concederles porciones generosas tempranas de este regalo. Nosotros debemos valorar y usar adecuadamente este regalo (cf. Lucas 15:11-32).

En vista de la naturaleza valiosa de una herencia, ¿qué se puede decir de los hijos que son herencia de Jehová? ¿Cómo debemos administrar tal regalo? Algunos pueden escoger o solo pueden tener uno o dos, y otros pueden sentirse felices de tener una aljaba llena de ellos (Salmos 127:5). Esto debe ser su prerrogativa y bendición. Pero independientemente del número, debemos administrar seriamente estos regalos preciosos.

Algunos conceptos erróneos han guiado al mundo, e incluso a algunos en la iglesia, a tener una actitud negativa hacia las familias con más de dos hijos. Uno de ellos es el enfoque de que el mundo está “superpoblado”. El argumento de la superpoblación es fraudulento y también se lo ha usado para favorecer el aborto. Una activista incluso fue tan lejos para decir que “[t]ener hijos es egoísta. Se trata de conservar su linaje genético a expensas del planeta… Cada persona que nace usa más comida, más agua, más tierra, más combustible fósil, más árboles y produce más basura, más contaminación y más gases de invernadero, y contribuye al problema de la superpoblación”.[2] ¡Siempre me deja perplejo el hecho de que esta gente “tan preocupada” por la superpoblación todavía esté aquí superpoblando este mundo!

A los cristianos les importa el mundo, pero reducir la cantidad de sus hijos, o matarlos (lo cual Dios aborrece, Proverbios 6:16-17), no salvará al planeta. Aunque este artículo no promueve la multiplicación de la gente mundana, es adecuado señalar que a Dios nunca Le ha preocupado la multiplicación de Sus hijos. Una de las bendiciones de Dios para Israel fue la multiplicación de sus descendientes en una tierra que no podía contenerles (Éxodo 1). ¡Dios pudo darles más espacio!

Un segundo concepto erróneo es la idea de que no podemos costear varios hijos. Obviamente, tener hijos también es una decisión financiera. El esposo cristiano debe proveer suficiente ingreso para el bienestar familiar; pero, en gran parte, hemos puesto un estándar económico en el cual algunas veces se da prioridad a las cosas secundarias. Vivimos en un mundo moderno materialista que, en promedio, puede costear casas de 2,500 pies cuadrados;[3] dos, tres o más autos en la entrada de nuestras casas; botes, casas rodantes, motos y otros vehículos en nuestras propiedades; televisores en cada cuarto, con acceso de internet y cable ilimitado; teléfonos inteligentes y tabletas con servicio y almacenamiento ilimitado; roperos llenos de ropa, y áticos, sótanos y almacenes llenos de cosas; varias refrigeradoras llenas de alimento que no podemos comer a tiempo—¡pero no podemos costear varios hijos!

Los hijos son la herencia de Jehová. ¿Cuándo dejó esto de ser verdad?... ¿cuando decidimos que teníamos suficiente gente en el mundo; cuando decidimos que necesitábamos casas más grandes y que cada niño necesitaba su propio cuarto; cuando decidimos que nuestros hijos debían tener todo lo que querían o todo lo que queríamos darles; cuando decidimos que necesitábamos darles un auto nuevo a la edad de 16 años; cuando decidimos que necesitaban subir el último peldaño de la escalera profesional; cuando decidimos que no podían tener una boda y luna de miel simple? ¿Todavía es cierto este pasaje?

Entonces, ¿cuántos hijos debería tener una pareja? Esta es decisión de ellos; gracias a Dios, en este país todavía podemos escoger la cantidad. Pero en vez de enfocarnos en un número, la población del mundo o el estándar de vida en nuestra sociedad, los cristianos deberíamos enfocarnos en Dios. Nuestra decisión de traer niños al mundo debería ser solemne debido a la responsabilidad seria que se pone en nuestra manos. Como cristianos, deberíamos animar a los padres fieles que están criando a sus hijos en el Señor—sea uno, dos o más. Deberíamos exhortar y ayudar a los padres que están descuidando a sus hijos—sea uno, dos o más. Deberíamos orar y esforzarnos para que la generación de cristianos sobreviva e influencie a este mundo para que haya más niños que crezcan en hogares guiados por el Señor.

Referencias

[1] “Aborto Inducido en los Estados Unidos” [“Induced Abortion in the United States”] (2018), Instituto Guttmacher, https://www.guttmacher.org/fact-sheet/induced-abortion-united-states.

[2] Sweeney, Maria (2009), “La Razón por la que Más Mujeres Están Felices de Permanecer Sin Hijos…” [“Why More Women Are Only Too Happy to Stay Childless...”], Independent, https://www.independent.ie/.

[3] Perry, Mark (2016), “Nuevas Casas en los EE.UU. Tienen 1,000 Pies Cuadrados Más…” [“New U.S. Homes Today Are 1,000 Square Feet Larger…]”, AEI, http://www.aei.org/publication/new-us-homes-today-are-1000-square-feet-larger-than-in-1973-and-living-space-per-person-has-nearly-doubled/.