Modestia Situacional

Pregunta:

“Algunas personas parecen tener convicciones firmes en cuanto a la modestia, pero cuando llega el tiempo de una boda, la vestimenta que sería inapropiada en sus mentes en la mayoría de ocasiones, parece ser perfectamente aceptable. ¿Por qué?”.

Respuesta:

Obviamente, esta parece ser una pregunta retórica. Estaría sorprendida si la persona que pregunta realmente no tuviera una opinión definida en cuanto a la modestia situacional. Sin embargo, permítame decir que lo que es escaso, apretado, corto o revelador bajo otras circunstancias también lo es en una boda. Siempre me he quedado sorprendida al ver que algunas jovencitas que han vestido modestamente en sus años de adolescencia han estado dispuestas a usar ropa escotada, revelar sus hombros o sus espaldas cuando son el centro de atención como novias en frente de tantos hombres, justo antes de entregarse a sus esposos en la relación más íntima y santa entre dos seres humanos. Si es que alguien ha tenido la discreción de cubrirse en otras situaciones cuando el mundo se desnuda, debe también desear permanecer cubierta un poco más, hasta que presente su cuerpo al hombre a quien le pertenecerá por el resto de su vida (1 Corintios 7:4). Debería desear mostrar a ese hombre su respeto durante la ceremonia nupcial.

También parece que algunas personas en la audiencia en la boda se sienten cómodas usando, el sábado en la noche, ropas que son escasas y que no usarían al día siguiente para el servicio de adoración. Tristemente aprobamos lo que es culturalmente correcto en vez de lo que es casto y discreto según 1 Timoteo 2.

Creo que recibo más correspondencia en cuanto a la ropa inmodesta que en cuanto a cualquier otro tema. He considerado dos puntos en cuanto al interés de este tema. El primero es que parece que constantemente estamos preguntando: “¿Cuán cerca a la inmodestia podemos llegar sin realmente cruzar el límite y desobedecer el mandamiento en 1 Timoteo 2?”. El segundo es que mientras nuestra cultura se dirige más y más a la desnudez aceptable, parece que los cristianos se sienten cómodos siempre y cuando estén solamente un poquito “atrasados” en el movimiento hacia la inmodestia. Ambos problemas causan que desee decir a gritos las palabras de Romanos 12:2:

¡No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento!